Si el pollito Lunes hubiera nacido de un huevo de chocolate no se hubiera resistido a comérselo antes de dar sus primeros pasitos. Es lo que nos ha pasado a nosotros, teníamos que chuparnos los dedos cada vez que nos manchábamos. Menos mal que las profes nos comprenden y se reían viendo que algunos no llegábamos a la salida con el huevo entero...
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